¿Qué es la movilidad funcional?
La movilidad funcional es un concepto que se encuentra regulado en el Estatuto de los Trabajadores, una ley que establece los derechos y obligaciones tanto de los empleados como de los empleadores en España. Se refiere a la posibilidad de que un trabajador pueda ser trasladado a otra posición o función dentro de la empresa, siempre y cuando se respeten ciertos límites y condiciones.
Los límites de la movilidad funcional
Si bien la movilidad funcional puede ser una herramienta útil para las empresas para adaptarse a los cambios en el mercado laboral, esta tiene ciertos límites que deben ser respetados. Según el Estatuto de los Trabajadores, el empleador no puede realizar cambios en las funciones del trabajador que supongan una modificación sustancial de sus condiciones de trabajo o una degradación de su categoría profesional.
Esto significa que el trabajador no puede ser trasladado a una posición de menor categoría o con condiciones de trabajo significativamente distintas, a menos que exista un acuerdo entre ambas partes o que se cumplan ciertos requisitos establecidos por ley.
La movilidad funcional como medida de adaptación
La movilidad funcional puede ser utilizada por el empleador como una medida de adaptación a las necesidades cambiantes de la empresa. Por ejemplo, si una determinada posición deja de ser necesaria debido a cambios en la tecnología o en el mercado, el empleador podría trasladar al trabajador a otra posición similar o relacionada.
En este caso, el trabajador no sufriría una degradación de su categoría profesional ni una modificación sustancial de sus condiciones de trabajo, por lo que la movilidad funcional sería una medida válida y legítima.
¿Cómo se regula la movilidad funcional en el Estatuto de los Trabajadores?
El Estatuto de los Trabajadores establece que la movilidad funcional debe ser acordada entre el empleador y el trabajador, o bien estar prevista en convenio colectivo. En caso de que no exista acuerdo entre las partes o no esté prevista en convenio, el empleador deberá recurrir a un procedimiento específico para poder llevar a cabo el traslado.
El procedimiento de movilidad funcional
Cuando el empleador pretende llevar a cabo un cambio en las funciones del trabajador que suponga una modificación sustancial de sus condiciones de trabajo o una degradación de su categoría profesional, deberá seguir un procedimiento específico.
En primer lugar, el empleador deberá notificar al trabajador por escrito su intención de llevar a cabo el traslado, indicando las funciones concretas que se le asignarán y las condiciones de trabajo correspondientes.
El trabajador, a su vez, podrá aceptar el cambio propuesto o bien impugnarlo dentro de los 20 días siguientes a la recepción de la notificación. En caso de impugnación, se abrirá un proceso de conciliación en el que se intentará llegar a un acuerdo entre las partes. Si no se llega a un acuerdo, el empleador podrá llevar a cabo el traslado, pero el trabajador podrá impugnarlo judicialmente.
La impugnación judicial
Si el trabajador decide impugnar el traslado propuesto por el empleador, deberá interponer una demanda ante los tribunales laborales. Será responsabilidad del empleador demostrar que el traslado se realiza dentro de los límites establecidos por el Estatuto de los Trabajadores y que se han respetado los derechos del trabajador.
En caso de que el tribunal determine que el traslado es ilegal o injustificado, podrá ordenar al empleador que restituya al trabajador en su puesto original o que le abone una indemnización por los perjuicios causados.
¿Cuáles son los derechos del trabajador en caso de movilidad funcional?
El Estatuto de los Trabajadores establece una serie de derechos para el trabajador en caso de movilidad funcional. En primer lugar, el trabajador tiene derecho a conocer las funciones concretas que se le van a asignar y las condiciones de trabajo correspondientes.
Además, el trabajador tiene derecho a conservar su categoría profesional y sus condiciones de trabajo, salvo que exista un acuerdo entre las partes o que se cumplan los requisitos establecidos por ley.
En caso de que el trabajador impugne el traslado y el tribunal determine que este es ilegal o injustificado, el trabajador tendrá derecho a ser restituido en su puesto original o a recibir una indemnización por los perjuicios causados.
Ejemplos de movilidad funcional
Para entender mejor el concepto de movilidad funcional, veamos algunos ejemplos. Supongamos que una empresa de software decide cambiar su enfoque de desarrollo de aplicaciones móviles a desarrollo de software para la industria de la salud. En este caso, podría trasladar a algunos de sus programadores de aplicaciones móviles a proyectos de desarrollo de software médico.
Otro ejemplo sería el de una empresa de comercio electrónico que decide abrir una tienda física. En este caso, podría trasladar a algunos de sus empleados de atención al cliente en línea a la nueva tienda física.
La importancia de la movilidad funcional
La movilidad funcional puede ser una herramienta importante para las empresas, ya que les permite adaptarse a los cambios en el mercado laboral y aprovechar al máximo el talento de sus empleados. Además, puede ser beneficiosa para los trabajadores, ya que les brinda la oportunidad de adquirir nuevas habilidades y conocimientos y de ampliar sus horizontes profesionales.